Defensa impulsa la renovación del Ejército: Argentina planea adquirir 72 sistemas de artillería autopropulsada
La iniciativa forma parte del Plan de Inversiones 2026-2028 del Ministerio de Defensa y busca modernizar la capacidad de fuego del Ejército Argentino, reemplazando equipos con más de cuatro décadas de servicio. Aún no se definió el modelo, el cronograma ni el costo oficial del proyecto.
El Ministerio de Defensa presentó ante el Congreso de la Nación el Plan de Inversiones para el período 2026-2028, en el que figura la adquisición de 72 sistemas de artillería autopropulsada destinados al Ejército Argentino. La medida se enmarca en un proceso de modernización de las capacidades terrestres y representa uno de los proyectos de equipamiento más concretos de los últimos años.
Según el documento oficial, citado en el “Anexo PNIP 2026-2028”, los nuevos vehículos de combate estarán destinados a los Grupos de Artillería Blindada N.º 1, 2, 9 y 10, unidades que actualmente operan con plataformas que superan los 40 años de servicio y que presentan limitaciones en movilidad, alcance y mantenimiento.
Reversión de una larga postergación
Durante décadas, la artillería del Ejército Argentino registró una modernización limitada. Con este programa, el Ministerio de Defensa busca revertir esa tendencia e iniciar una reconstrucción de la capacidad de combate terrestre, en línea con los avances tecnológicos adoptados por otros países de la región.
La iniciativa se enmarca, además, en un contexto regional donde las fuerzas armadas de países vecinos han incorporado sistemas más modernos y precisos. De concretarse, marcaría un salto cualitativo en materia de poder de fuego, movilidad y respuesta táctica.
Detalles técnicos y evaluaciones
Aunque el proyecto ya fue incorporado al plan de inversiones, aún no se definió el tipo de plataforma, ni el calendario de implementación ni los costos finales.
En evaluaciones preliminares, el Ejército había analizado opciones de calibre 155 mm, entre ellas el sistema israelí ATMOS y el estadounidense M109 Paladin, aunque no existe todavía una decisión oficial sobre el modelo a incorporar ni sobre los fabricantes con los que se iniciarán negociaciones.
Versiones extraoficiales mencionan que la cifra de unidades podría ascender a 76 y que la inversión rondaría los 160 millones de dólares, pero esas cifras no aparecen en los documentos oficiales.
Impacto presupuestario y político
La inclusión del programa en el presupuesto de Defensa representa un cambio de enfoque en la política de equipamiento militar argentina, que en los últimos años se mantuvo en un perfil bajo en cuanto a adquisiciones de largo alcance.
Junto con otras iniciativas —como la compra de cazas F-16 a Dinamarca y la mejora de infraestructura de radar—, este plan confirma la intención del Gobierno de fortalecer las capacidades operativas básicas de las Fuerzas Armadas, aunque sin abandonar el criterio de austeridad fiscal.
El éxito del programa dependerá de la asignación efectiva de fondos, la voluntad política y el respaldo institucional dentro de la estructura militar.
Desafíos y oportunidades
Entre los principales desafíos se encuentran la selección del sistema más adecuado para el terreno argentino, la financiación en un contexto macroeconómico complejo y la implementación de un plan de capacitación y mantenimiento que garantice la operatividad de los equipos.
Asimismo, la difusión pública del proyecto podría impulsar la participación de la industria local, ya sea en tareas de ensamblaje, mantenimiento o provisión de componentes.
De concretarse, la incorporación de 72 sistemas de artillería autopropulsada representará un paso decisivo en la modernización del Ejército Argentino, alineándolo con las tendencias regionales y fortaleciendo su capacidad de defensa y despliegue operativo.
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